Revista Iberoamericana de Complejidad y Ciencias Económicas
mejor dicho: no es permanente, anicca, lo cual resulta evidente a partir de la observación
básica empírica del entorno. Así es posible observar procesos que cambian rápido, como
lo es la descomposición de una fruta, o de procesos muy lentos como lo es el movimiento
de los continentes. Pero todo está sometido al cambio. Esta impermanencia, queda aún
más clara cuando se observa al ser humano. Según el budismo, el ser humano consiste
en cinco elementos de existencia: cuerpo (rūpa), sensación (vedana), percepción (sañña),
disposicionesmentales(saṅkhāra),conciencia(viññāna)–ningunodeellosespermanente/
estático, todos y cada uno está sometido a cambios constantes – por lo tanto, no puede
existir un yo permanente, y por consiguiente ese supuesto “yo” resulta ser irrelevante
para comprender la realidad. Como consecuencia de esta impermanencia se desprende la
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segunda característica, que se refiere a entender la realidad como un “sin yo” (anattā) . Y la
tercera característica, parte del hecho que el cambio constante no es entendido de manera
positiva, por lo tanto, se hace énfasis, que también los buenos momentos de la vida tienen
que pasar, así el ser humano envejece y muere, y la felicidad tampoco es permanente. Es
decir, por no entender el cambio constante de manera positiva, es que existe el sufrimiento/
descontento (duḥkha).
Entonces, como consecuencia de la existencia del duḥkha, el budismo incita
sistemáticamente a reconocer, que, si todo es impermanente, anicca, los apegos y deseos
no tienen sentido y por lo tanto son las verdaderas causas de los sufrimientos. Esta
comprensión elemental de la realidad se condensa en las cuatro verdades nobles – que es
la enseñanza central del budismo. Estas cuatro verdades nobles son:
Las cuatro verdades nobles según el “Dhammacakkappavattana Sutta,” (2006) dice:
Ésta, bhikkhus, es la Noble Verdad del Sufrimiento. El nacimiento es sufrimiento, la vejez es sufrimiento, la
enfermedad es sufrimiento, la muerte es sufrimiento, asociarse con lo indeseable es sufrimiento, separarse
de lo deseable es sufrimiento, no obtener lo deseado es sufrimiento. En breve, los cinco agregados de la
adherencia son sufrimiento.
Ésta, bhikkhus, es la Noble Verdad del Origen del Sufrimiento. Es este deseo que genera nueva existencia, que
asociado con placer y pasión se deleita aquí y allí. Es decir, el deseo sensual, el deseo por la existencia y el
deseo por la no existencia.
Ésta, bhikkhus, es la Noble Verdad de la Cesación del Sufrimiento. Es la total extinción y cesación de ese mismo
deseo, dejación, descarte, liberación, no dependencia.
Ésta, bhikkhus, es la Noble Verdad del Sendero que conduce a la Cesación del Sufrimiento. Sólo este Noble Óctuple
Sendero; es decir, Recto Entendimiento, Recto Pensamiento, Recto Lenguaje, Recta Acción, Recta Vida, Recto
Esfuerzo, Recta Atención y Recta Concentración.
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Para aproximarse a esta afirmación del anattā, el no-yo, es necesario entender que según la filosofía budista son cinco <agre-
gados> que constituyen al ser humano: “(1) el cuerpo físico (llamado <forma> en este discurso), el cual incluye los órganos sen-
soriales, como los ojos, los oídos, etc.; (2) los sentimientos básicos; (3) las percepciones (de, por ejemplo, las imágenes o los soni-
dos que podemos identificar); (4) <formaciones mentales> (una gran categoría que incluye emociones complejas, pensamientos,
tendencias, hábitos y decisiones); (5) <conciencia>, en particular, la conciencia de los contenidos de los otros cuatro agregados. El
Buda, siguiendo el orden de esta lista, va preguntándoles a los monjes cuál de estos cinco agregados, si es que hay alguno, puede
calificarse como yo. O, dicho en otras palabras, ¿cuál de estos agregados presenta las cualidades que cavaría esperar que tuviese el
yo?” (Wright, 2018, p. 101)
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