RICCE, 2ꢃ23 Voꢄ. 2 Nꢅo 1: ꢆꢁꢁꢂꢀ://dꢇi.ꢇrg/ 10.48168/RICCE.vꢈn1ꢂ109  
https://reviꢀꢁaꢀ.ulaꢀalle.edu.ꢂe/ricce  
más allá del oxÍmoRon. de  
la ambientalización a la  
complejización de la UniveRsidad  
Fecha de recep ción: 07-01-24 / Fecha de acep tación: 29- 02-24  
Rafael Fernando Sánchez Barreto  
investigador del centro de estudios e investigación en desarrollo sustentaBle  
Correo electrónico:ꢀrfsanchezb@uaemex.mx  
ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7525-9306  
Dr. David Iglesias Piña  
investigador del centro de estudios e investigación en desarrollo sustentaBle  
Correo electrónico: diglesiasp@uaemex.mx  
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-7441-747X  
Dra. Liliana Ivette Ávila Córdoba  
investigadora de la universidad autónoMa del estado de México  
Correo electrónico: lavilaco@uaemex.mx  
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-1073-5196  
rEsuMEn  
Desde finales de los años 50´s a la fecha, el avance en la generación de algoritmos sobre  
temas ambientales no ha cesado. La cuestión desde esta perspectiva es si la relación del  
ser humano con la naturaleza ha trascendido, ha cambiado, se ha transformado o sigue  
igual. Al respecto de esto último, y desde una perspectiva que parte de la educación como  
elemento esencial del “desarrollo” humano, es ineludible pensar que las instituciones edu-  
cativas, las instituciones de educación superior y en particular las universidades públicas  
en México han abordado lo “ambiental” sólo desde una óptica del pensamiento humano.  
Por lo tanto, si se revisan los dispositivos “oficiales”, el discurso (poder), desde el mítico in-  
forme Brundtland hasta los abarcativos Objetivos de Desarrollo Sostenible, evidentemen-  
109  
Revista de ciencia de la Complejidad  
te emanados de la Organización de las Naciones Unidas, coloca en entredicho la relevancia  
de lo que es la Naturaleza cuando se plantean las bases del desarrollo sostenible desde una  
lógica epistemológica occidental. De esta manera, el desarrollo sostenible no solamente es  
un concepto, deviene en un oxímoron que hemos referido en innumerables ocasiones en  
todos los ámbitos para señalar aquello que pretendemos ocurra, pero que en la práctica y  
después de más de treinta años, sigue siendo una utopía mal entendida, mal fundamenta-  
da y sobre todo mal dirigida.  
Palabras clave: ambientalización, complejización, universidades públicas, oxímoron  
abstraCt  
From the end of the 50’s to date, the progress in the generation of algorithms on environ-  
mental issues has not ceased. The question from this perspective is whether the relations-  
hip of the human being with nature has transcended, has changed, has been transformed  
or remains the same. In this regard, and from a perspective that starts from education as  
an essential element of human “development”, it is inescapable to think that educational  
institutions, higher education institutions and in particular public universities in Mexico,  
have approached the “environmental” only from a perspective of human thought.  
Therefore, if the “official” devices are reviewed, the discourse (power), from the mythical  
Brundtland report to the wide-ranging Sustainable Development Goals, evidently emana-  
ting from the United Nations, calls into question the relevance of what Nature is when the  
bases of sustainable development are raised from a Western epistemological logic. In this  
way, sustainable development is not only a concept, it becomes an oxymoron that we have  
referred to countless times in all areas to point out what we intend to happen, but that in  
practice and after more than thirty years, remains a misunderstood, poorly founded and  
above all, misdirected utopia.  
Keywords: Greening, complexification, public universities, oxymoron  
1
. introduCCión  
El presente trabajo es una retrospección y visualización de las condiciones que sobre el  
desarrollo sostenible y la sustentabilidad se han planteado desde las instituciones de edu-  
cación superior públicas en México, en particular las universidades, considerando que los  
otros dos sectores dentro sistema educativo del nivel superior son los institutos tecnológi-  
cos y las universidades pedagógicas.  
Vale decir que existen en México de acuerdo con el Sistema de Información Cultural (SIC),  
3
,082 universidades, de las cuales 207 pertenecen a la Asociación Nacional de Universida-  
des e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) y 32 de ellas son universidades autó-  
1
10  
Revista de ciencia de la Complejidad  
nomas estatales.  
La Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), forma parte de esas 32 insti-  
tuciones, con una historia de más de 200 años, siendo en sus inicios el Instituto Científico  
y Literario del Estado de México (ICLA), para posteriormente convertirse en la principal  
universidad estatal pública e incluso del país.  
Con una población de casi 95 mil estudiantes, 3 campus universitarios en Toluca (ciudad  
capital del Estado de México), y 18 en el territorio del Estado de México, los retos para im-  
plementar un programa institucional de gestión ambiental ha sido un proceso de no me-  
nos de 25 años, con la génesis en el año de 1997 del Programa Universitario de Ecología que  
posteriormente se transformó en el Programa de Protección al Ambiente y más reciente-  
mente en la Dirección de Protección al Ambiente.  
Uno de los momentos históricos relevantes para la UAEMéx en materia ambiental, fue  
haber sido parte de las primeras instituciones de educación superior, en avalar y firmar  
el convenio establecido entre la Secretaría de Educación Pública (SEP), la Secretaría del  
Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), y la propia ANUIES en los albores del  
milenio, en un esfuerzo conjunto que permitió el impulso de una de las estrategias más  
importantes a nivel nacional: los Planes Ambientales Institucionales (PAI’s) así como la  
formación y posterior consolidación del Consorcio Mexicano de Programas Universitarios  
para el Desarrollo Sustentable (Complexus).  
2
. El dEsarrollo sostEniblE: EntrE la aMbigüEdad dEl  
CrECiMiEnto a ultranza y la utopía huMana dEl  
sostEnEr la naturalEza  
Un oxímoron, sí, el desarrollo sostenible se ha debatido entre la ambigüedad del desarro-  
llo, visto como crecimiento o progreso económico-industrial-tecnológico y la lucha por la  
conservación de los bienes naturales.  
La referencia del desarrollo ha sido la impronta de la Naturaleza como fuente inago-  
table de materias primas particularmente para la industria que no cesa de crecer  
.
Por otra parte, la incansable lucha por mantener la base esencial de la relación armónica  
del ser humano con la Naturaleza tiene en la academia y la sociedad civil a los principales  
actores sociales.  
El proceso de imposición de una visión “sostenible” del modelo hegemónico económico,  
con su lógica epistémica referenciada en los principios del capitalismo, se ha convertido en  
el esquema más visible del desarrollo insostenible, donde los medios de producción lineal  
han socavado los límites de recuperación de ecosistemas terrestres, acuáticos, mixtos y  
artificiales, debido a la excesiva dependencia de los procesos y sistemas productivos de los  
1
11  
Revista de ciencia de la Complejidad  
grandes consorcios trasnacionales y gobiernos oligárquicos.  
Al respecto, es importante establecer la hoja de ruta de los dispositivos ambientales (Fig.  
1
), que desde el pensamiento de Foucault (Vega, 2017), como mecanismos de poder, han  
dirigido los intereses de los consorcios y el actuar de los gobiernos mencionados a través  
de cumbres globales, agendas, informes, declaraciones, objetivos, entre otros, mismos que  
han direccionado y redireccionado los campos de acción de estados, instituciones y siste-  
mas económicos, educativos, sociales, religiosos, entre otros.  
Figura 1 De lꢇꢀ diꢀꢂꢇꢀiꢁivꢇꢀ en maꢁeria ambienꢁal  
Fuente: Elabꢇración ꢂrꢇꢂia  
Uno de los procesos coyunturales relevantes en materia ambiental y en particular del ori-  
gen del desarrollo sostenible, está plasmado en el Informe Brundtland (IB) (1987). Dado a  
conocer a finales de la década de los años 80, presentó lo que para entonces era (y aún lo  
es), una visión complementaria del desarrollo, a partir del supuesto siguiente: “Aquel que  
atiende a las necesidades de las generaciones actuales sin comprometer la capacidad de las  
generaciones futuras de atender a sus necesidades y aspiraciones”.  
No obstante, más allá del DS el IB encierra dos conceptos fundamentales en la definición  
de desarrollo durable:  
a. El concepto de necesidad principalmente de los pobres, de las generaciones futuras.  
b. La idea de limitaciones tecnológicas, de organización social y medioambientales.  
Un enfoque que se ha mantenido es el de satisfacer las necesidades a partir del crecimien-  
to económico asociado a tres pilares primordiales: el económico, social y ecológico. La in-  
1
1ꢈ  
Revista de ciencia de la Complejidad  
teracción de los pilares tendrá efectos diferentes y diferenciados en la medida que se plan-  
teen desde la interrelación entre cada pilar y entre todos en su conjunto (Fig. 2).  
Figura 2 Dimenꢀiꢇneꢀ del deꢀarrꢇllꢇ ꢀꢇꢀꢁenible cꢇn la dimenꢀión culꢁural  
Fuente: Elabꢇración ꢂrꢇꢂia  
A los tres pilares iniciales se ha pretendido anexar el cuarto, correspondiente a la dimen-  
sión cultural, una iniciativa del Bureau Ejecutivo de Ciudades y Gobiernos Locales, ins-  
tancia que desde el año 2010 ha promovido el documento de orientación política sobre  
la cultura como cuarto pilar del desarrollo sostenible, el cual se basa a en la Declaración  
Universal de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cul-  
tura (UNESCO) sobre la Diversidad Cultural, la Convención sobre la Diversidad de las Ex-  
presiones Culturales y la Agenda 21 y en donde se establece que la falta de reconocimiento  
de la dimensión cultural del desarrollo, dificulta la posibilidad de conseguir un desarrollo  
sostenible, la paz y el bienestar (United Cities and Local Governments, 2010).  
Una lectura crítica del enfoque del DS con los tres pilares iniciales, es que preponderan-  
temente remite a una revisión cuantitativa de los fenómenos, cuestión que ha quedado  
dentro de los análisis y pretensiones de “cosificar” a la cultura mediante metas e indicado-  
res como lo establecieron la Agenda 21, los Objetivos del Milenio y más recientemente los  
Objetivos de Desarrollo Sostenible y los Límites Planetarios. Es pues, en este contexto que  
se internalizan y transversalizan las ideas del DS en la vida social, económica, política y  
educativa de la sociedad.  
1
1ꢉ  
Revista de ciencia de la Complejidad  
3
. la aMbiEntalizaCión dE la univErsidad y la partiCipaCión  
Ciudadana  
En el año 2000 la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Su-  
perior (ANUIES), la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), así  
como la Secretaría de Educación Pública (SEP), promovieron el Plan de Acción para el De-  
sarrollo Sustentable en las IES (Gutiérrez Barba y Martínez Rodríguez, 2010). Esta iniciati-  
va trajo consigo la implementación de Planes Ambientales Institucionales como estrategia  
para cumplir con los preceptos del Plan de Acción de internalizar y transversalizar los pro-  
cesos de ambientalización de las actividades sustantivas de las instituciones de educación  
superior.  
Los esfuerzos entonces concentrados en la “concientización” de la crisis civilizatoria y en  
particular sobre el calentamiento global y el cambio climático, devinieron en la formu-  
lación de estrategias generales y específicas de acuerdo con las condiciones imperantes  
esencialmente políticas. A esto último me refiero con la estructuración de esquemas de  
participación ciudadana como la propuesta que significaron los Consejos Consultivos para  
el Desarrollo Sustentable (CCDS), mecanismo generado en un primer acuerdo en el año  
1
(
995, como órgano de consulta de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales  
SEMARNAT), con el propósito de promover la participación de expertos para emitir opi-  
niones en la formulación e implementación de la política ambiental federal.  
De esta manera, la Unidad Coordinadora de Participación Social y Transparencia de la SE-  
MARNAT propuso la actualización de dicho mecanismo de participación ciudadana para  
precisar su alcance, denominación, modelo estructural y operativo con el fin de procu-  
rar que la participación de los diferentes grupos sociales promovieran el diálogo entre la  
dependencia federal y la sociedad, trascendiendo hacia procesos colaborativos, así como  
para incorporar las herramientas digitales que facilitaran la comunicación entre el orga-  
nismo ambiental y los miembros de los consejos, al tiempo de fortalecer la transparencia  
y rendición de cuentas para lo cual era necesario incorporar nuevos procedimientos, ins-  
trumentos y reglas de participación social.  
En este sentido, y para el logro de los objetivos planteados desde su origen, los integran-  
tes del Consejo tanto a nivel nacional como de las representaciones estatales participaron  
desde sus entidades, así como en las sesiones nacionales aportando opiniones sobre los  
temas y asuntos de competencia federal incluidos en los programas de trabajo del Consejo.  
Cabe mencionar que las sesiones de trabajo a nivel nacional incluían la participación por  
cada una de las 32 entidades de representantes de los sectores académico, comunidades  
indígenas, empresarial y de las organizaciones de la sociedad civil; y cuyo papel se centra-  
ba en el análisis de los temas y asuntos incluidos en el programa de trabajo del Consejo; en  
la emisión de las opiniones y observaciones sobre los temas y asuntos del programa de tra-  
bajo; y en aquellos casos en los que la Secretaría, a través de la Delegación correspondiente  
1
14  
Revista de ciencia de la Complejidad  
en cada entidad, solicitara su intervención.  
Los resultados de la participación de los integrantes de los CCDS se reflejaron en los libros  
blancos en los cuales se compilaron los temas centrales de debate y atención derivados de  
las consultas sobre temas de relevancia ambiental para el país.  
4
. los pai´s CoMo EstratEgia dE aMbiEntalizaCión dE la  
univErsidad (iEs)  
Bajo ese contexto de la apertura en cuanto a la participación de los sectores sociales en la  
política ambiental del país, el sector académico y en particular el papel que las universi-  
dades fue por demás esencial en la generación de nuevos caminos para el abordaje de los  
problemas ambientales nacionales.  
Considerando entonces que las instituciones de educación no se podían mantener al mar-  
gen del llamado de la UNESCO, pero sobre todo fuera de propuesta de propiciar cambios  
en los procesos educativos, la base de trabajo en la primera década de la ambientalización  
de las IES fue el diseño de planes de acción para el desarrollo sustentable los cuales fueron  
sometidos a consulta de la IES, legitimándose y poniéndose en marcha de acuerdo con las  
necesidades y posibilidades de cada institución.  
Gutiérrez Barba y Martínez Rodríguez (2010), señalan que de acuerdo con Kajikawa et  
al., y Bosshard (2000), la sustentabilidad es un constructo en desarrollo con característi-  
cas de multidisciplinariedad, integralidad y complejidad, pero, más importantemente, es  
universal. Las carencias de las universidades para abordar la complejidad que entraña la  
sustentabilidad, está presente en la división disciplinaria y el distanciamiento entre disci-  
plinas, producto de una ciencia parcializada, lo que ha obstaculizado la comunicación y la  
cooperación entre disciplinas como condición sine qua non para hacer posibles el desarro-  
llo sustentable y la sustentabilidad  
La lectura sigue siendo la debilidad en el ejercicio dialógico, democrático, participativo  
y creativo de la universidad que pone en duda que el tema del desarrollo sustentable y la  
sustentabilidad habiten en su claustro.  
Calder y Clugston, (2003) citados por Gutiérrez Barba y Martínez Rodríguez (2010), refie-  
ren que la semilla del “enverdecimiento” de la educación superior inició a finales de 1960,  
principios de 1970; la ocasión más relevante en que se habla del papel de la universidad  
en el desarrollo sustentable es 1990 en Talloires, Francia, describiéndose en términos de  
1
0 acciones que avalaron los rectores, vicerrectores y vicecancilleres de todo el mundo, a  
partir de la Declaración de Líderes de Universidades para un Futuro Sostenible y entre las  
que destacaron:  
1
. Aprovechar cada oportunidad para despertar la conciencia del gobierno, las indus-  
1
15  
Revista de ciencia de la Complejidad  
trias, las fundaciones y las universidades expresando públicamente la necesidad de  
encaminarnos hacia un futuro ambientalmente sostenible.  
2
3
. Incentivar a la universidad para que se comprometa con la educación, investigación,  
formación de políticas e intercambios de información de temas relacionados con po-  
blación, medio ambiente y desarrollo y así alcanzar un futuro sostenible.  
. Establecer programas que formen expertos en gestión ambiental, desarrollo sosteni-  
ble, demografía y temas afines para asegurar así que los egresados universitarios ten-  
gan una capacitación ambiental y sean ciudadanos responsables.  
4
. Crear programas que desarrollen la capacidad de la universidad en enseñar el tema del  
medio ambiente a estudiantes de pregrado, postgrado e institutos profesionales.  
5
. Ser un ejemplo de responsabilidad ambiental estableciendo programas de conserva-  
ción de los recursos, reciclaje y reducción de desechos dentro de la universidad.  
6
. Involucrar al gobierno (en todos los niveles), a las fundaciones y a las industrias, en el  
apoyo a la investigación universitaria, educación, formación de políticas e intercam-  
bios de información sobre desarrollo sostenible. Extender también este trabajo a las  
organizaciones no gubernamentales (ONG) y encontrar así soluciones más integrales a  
los problemas del medio ambiente.  
7
. Reunir a los profesionales del medio ambiente para desarrollar programas de inves-  
tigación, formación de políticas e intercambios de información para alcanzar de esta  
forma un futuro ambientalmente sostenible.  
8
. Asociarse con colegios de educación básica y media para capacitar a sus profesores en  
la enseñanza de problemas relacionados con población, medio ambiente y desarrollo  
sostenible.  
9
. Trabajar con la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desa-  
rrollo, CNUMAD, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA,  
y otras organizaciones nacionales e internacionales para promover un esfuerzo univer-  
sitario a nivel mundial que conlleve a un futuro sostenible.  
1
0. Establecer un Comité Directivo y un Secretariado para continuar esta iniciativa y para  
informarse y apoyarse los unos a los otros en el cumplimiento de esta Declaración.  
Por su parte, la Asociación Internacional de Universidades (AIU), dependiente de la UNES-  
CO, destacó en el año de 1998 que las universidades deberían practicar lo que predican y a  
la vez fortalecer los motivos de cada individuo y las relaciones entre ciencia y espirituali-  
dad como uno de los temas clave para el siglo XXI. En tanto que la Unión de Universidades  
de América Latina (UDUAL) para el año 2006, instó a la creación de ciudades y universi-  
dades saludables (Gutiérrez Barba y Martínez Rodríguez, 2010).  
1
16  
Revista de ciencia de la Complejidad  
5
. CoMplExus  
Después del ejercicio logrado por la ANUIES, el siguiente que se realizó en México de natu-  
raleza colectiva y con participación de las IES fue el promovido por el Consorcio Mexicano  
de Programas Ambientales Universitarios para el Desarrollo Sustentable (COMPLEXUS)  
a través de una serie de talleres que lograron la propuesta de indicadores (COMPLEXUS,  
2
006). En este caso, más que los indicadores, que de suyo invitaron en ese entonces a una  
discusión sobre su naturaleza, importaron las áreas propuestas, las cuales fueron:  
. Ciencia e investigación  
1
2
3
. Tecnologías  
. Enseñanza  
4
. Interacción con la sociedad civil.  
Para la década del 2000 al 2010, los esfuerzos de las universidades se dirigieron por lo tan-  
to a sistematizar la información derivada de los programas de gestión ambiental (manejo  
de residuos, ahorro de agua y energía), principalmente, a promover programas de educa-  
ción ambiental centrados en las directrices de los Objetivos del Milenio, así como del Dece-  
nio de la Educación para el Desarrollo Sostenible 2005-2014.  
Figura 3 Penꢀar cꢇmꢇ la Naꢁuraleza  
Fuente: Adecuación de la ꢂrꢇꢂueꢀꢁa de Carlꢇꢀ Maldꢇnadꢇ (ꢈ016) cꢇn baꢀe en Sauvé, Lucie (ꢈ00ꢉ)  
Tiꢂꢇlꢇgía de reꢂreꢀenꢁaciꢇneꢀ del mediꢇ ambienꢁe  
No obstante, dichos esfuerzos, hablar hoy de desarrollo sostenible, implica reconocer que  
desde la figura del oxímoron seguirá habiendo inconsistencias no solo epistemológicas,  
conceptuales, de praxis tanto de lo que es el “desarrollo”, como de lo que denominamos  
como “sostenible”. Transitar a una perspectiva emergente, implicaría un cambio de para-  
digma, sobre todo del desarrollo, en donde se pensara como la Naturaleza (Fig. 3), y se prio-  
rizara el enfoque horizontal sobre el vertical, el algorítmico por sobre la libertad, la coope-  
1
17  
Revista de ciencia de la Complejidad  
ración por sobre la competencia y desde donde se deconstruyera la visión sostenible por la  
de sustentabilidad (Fig. 4), desde la concepción etimológica, epistemológica y ontológica.  
Figura 4 Sꢇbre el cꢇnceꢂꢁꢇ de ꢀuꢀꢁenꢁabilidad  
Fuente: Elabꢇración ꢂrꢇꢂia  
6
. una sustEntabilidad dEsdE El sur  
Desde el Sur, entonces, surge una propuesta distinta de sustentabilidad considerada como  
un proceso y no un fin (Fig. 5); a partir del cual se religa lo diverso, se unen las ideas y  
costumbres, la magia y la espiritualidad, la ética y la libertad, la educación y la vida en la  
felicidad, el buen vivir o vivir bien. Una sustentabilidad que se define por la emergencia,  
por la resistencia, por la habilidad de sustentar, mantener los bienes de la naturaleza, las  
prácticas culturales y los saberes científicos y ancestrales a lo largo del tiempo con el ob-  
jetivo de tejer y abrazar la vida.  
Figura 5 Una ꢀuꢀꢁenꢁabilidad deꢀde el Sur  
Fuente: Elabꢇración ꢂrꢇꢂia  
1
18  
Revista de ciencia de la Complejidad  
7
. CoMplEjizar a la univErsidad  
En la aventura sistémica y en la búsqueda de una explicación paradigmática de la comple-  
jidad, dice Boaventura de Souza Santos (2018), “La tragedia de nuestro tiempo es que la  
dominación está unida y la resistencia está fragmentada…el conocimiento occidental ha  
impuesto un programa global basado en la imposibilidad de pensar otro mundo distinto al  
capitalista”, por lo que se requiere:  
Reconfiguración del esquema de funciones sustantivo-adjetivas de las IES  
Pensar de forma no centralizada, no jerárquica, no-algorítmica, cooperativamente  
Desmercantilizar el conocimiento, romper con los mecanismos de control de las uni-  
versidades-empresas occidentales  
Democratizar la convivencia, permitiendo el acceso a sistemas de educación de fron-  
tera  
Decolonizar el conocimiento, superando la cultura de los rankings  
Promover el desarme cultural  
Complejizar desde la docencia: repensar el esquema pedagógico, didáctico y curricular  
más allá del antropologismo, antropocentrismo y antropomorfismo  
Complejizar desde la investigación: repensar los alcances y limitaciones de la investiga-  
ción individual y transitar a la investigación cooperativa (Redes)  
Complejizar desde la difusión y extensión de la cultura: repensar su “exclusión” en fun-  
ción de las “ciencias-disciplinas”  
Complejizar la vida universitaria: pasar de un institucionalismo trascendentalista a  
una heurística de la inmanencia  
Replantearse las necesidades y limitaciones no solo del ser humano y sí desde el respe-  
to y cuidado de la comunidad de la vida; de la integridad ecológica; la justicia social y  
económica y la democracia, la no violencia y la paz (La Carta de la Tierra).  
8
. ConClusionEs  
Es necesario y urgente hoy en día deconstruir conceptos y reconstruir la memoria a partir  
de nuevas narrativas, de otras experiencias, de tejer el conocimiento como se teje en un te-  
lar; con los hilos que unen colores, así como visiones y perspectivas de vida; con agujas que  
zurcen lo roto, le devuelven la integridad a la vida social, ecológica y por ende ambiental.  
Es momento de que la universidad de hoy en día sea más incluyente con los sueños de la  
sociedad, desde niños, jóvenes, adultos y adultos mayores, porque es en el reconocimiento  
1
19  
Revista de ciencia de la Complejidad  
del otro y el entorno, de sus vivencias, sueños y expectativas que se irán entrelazando tan-  
to el diálogo de pensamientos como de saberes y de formas de vida.  
La universidad es del pueblo, es el espacio de libertad del pensamiento, de ideas y de sur-  
gimiento del conocimiento científico, pero también tendrá que ver más allá de indicadores  
estandarizados por la oportunidad de albergar las posibilidades que devienen de las reales  
necesidades de la sociedad y no de los intereses de una ciencia mercantilista que aboga  
por intereses de empresas y gobiernos.  
Tal y como lo menciona Leonardo Boff (2013), otro mundo es posible y hoy, absolutamen-  
te necesario; todavía hay sociedades conscientes del daño del modelo económico; la idea  
motriz es la siguiente (aún si no existiera el término de sustentabilidad): no es correcto, ni  
justo, ni ético que, al buscar los medios para nuestra subsistencia, dilapidemos la natura-  
leza, destruyamos los ecosistemas, envenenemos los suelos, contaminemos las aguas y el  
aire y destruyamos el sutil equilibrio del sistema-Tierra y del sistema-Vida; no es tolerable  
que determinadas sociedades vivan a costa de otras sociedades o religiones; es imperio-  
so superar el antropocentrismo; la sustentabilidad debe atender a todo el sistema-Tierra,  
sistema-Vida Humana, es decir: sistema-Vida; sin lo anterior, el discurso del Desarrollo  
Sostenible y de la Sustentabilidad seguirá siendo tan sólo un oxímoron, una utopía, un  
mero discurso, banal y sin sentido.  
1ꢈ0  
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